3 de febrero de 2010

¿Crisis?

Mis más cordiales saludos a todos los que, por alguna extraña razón, estén leyéndome.

Ante todo, quiero presentarme de forma breve y formal, porque tal vez no me conozcan. Y para los que sí cayeron en fortuna o desgracia, pues sólo me limito a recordar un poco qué onda.

Me llamo Javier Casanova y soy un modesto ciudadano del mundo. Mi pasaporte es español, pero he vivido en diversos lugares, tales como la propia madre patria, Ecuador, México, Estados Unidos o Panamá, y también he tenido el privilegio de conocer lugares como Inglaterra, Holanda, Portugal, Francia o Marruecos.

Soy escritor, pero por ahora no vivo de lo que escribo. Tengo una novela que está a punto de ser publicada, que espero que os guste si os decidís a adquirirla. La escribí con mucho cariño, y no considerándome escritor, sino un muchacho con algo que contar.

Soy un hombre relativamente joven (cuento veintiséis primaveras), divorciado (sin hijos), amante de la naturaleza y el arte, de la buena comida y el buen vino, del deporte, muy aficionado a mi equipo del alma, el Real Madrid, pero también a los grandes jugadores de todo tipo; me gusta el póker, el buen cine, la buena música y soy estrictamente heterosexual.

Creo que con eso tendréis más que suficiente; el resto de mí podéis conocerlo a través de mis escritos.

Después de esta breve introducción, quiero ocuparme del tema que he elegido para abrir éste; mi primer blog. La "crisis".

Coloco comillas para mencionar la palabra porque yo todavía no la he visto. Salgo a la calle y veo los autobuses funcionando, las tiendas abriendo y vendiendo, la gente tomándose su café, los cines llenos, las gasolineras recaudando sin parar y, en general, el funcionamiento normal de las cosas sigue su curso.

El Diccionario Esencial de la Real Academia Española de la Lengua nos da seis definiciones para la palabra crisis. Entre ellas, las que posiblemente aplicarían al uso que se hace de esta palabra actualmente, serían: escasez y carestía, por un lado, y situación dificultosa o complicada, por otro.

Ahora bien, lo que no termino de tener muy claro es: ¿Por qué hay personas que se están enriqueciendo gracias a la crisis? Ellos no experimentan escasez ni carestía, y tampoco creo que estén en una situación dificultosa o complicada (económicamente hablando), salvo quizá (en términos sentimentales) algunos excéntricos consumidores que compran billetes de primera clase para sus perros o que adornan sus Mercedes con piedras preciosas (¡qué manera más absurda de gastar!). Y digo yo: los que tienen la vida resuelta ¿qué opinan de la crisis? sus mascotas se siguen bañando en oro, sus colecciones de vehículos, joyas y casas siguen su curso; no se contagian de la gripe porcina; no pierden sus empleos; no lamentan ni padecen. Simplemente, siguen gastando.

El ciudadano de a pie vive al límite; sometido a un horario de trabajo infernal, llega cansado a sus aposentos y ni siquiera le queda cuerda para darle tiempo o voluntad a su familia. No quiere arriesgarse, no se "casa" con nadie, no se compromete a nada ni permite que sus sueños regresen. Se acumulan las frustraciones, los fracasos, y vive inmerso en la cultura reinante; la cultura del miedo.

Un empresario promedio prefiere despedir a un 30% de sus trabajadores que arriesgarse a contemplar la posibilidad de bajar su Status. ¿Somos números o seres humanos?

Es muy fácil vivir como efecto de todo; víctima de la vida, de la intransigencia de las circunstancias, de las desdichas de nuestra cruel realidad. Es mejor acostarse adolorido a causa de las heridas del combate diario que confrontar las cosas y armarse de valor.

La crisis la inventaron unos pocos, a los que le interesa, de un modo y otro, que premie el CAOS. Alimentan a la prensa, que por su parte no hace otra cosa que transmitir malas noticias; invierten en empresas farmacéuticas (ya que las medicinas nunca, bajo ningún concepto, dejan de venderse) y se frotan las manos viendo cómo el pobre es más pobre o de qué buena manera ellos, de vacaciones en alguna isla paradisíaca, estaban tan lejos de Haití.

Y son quizá esos pocos los que más equivocados estén en la vida. Podrán tener mucho talento para amasar papel impreso con el rostro de algún presidente muerto, podrán ser inteligentes y oportunistas, pero no son buenos seres. No encontrarán consuelo debajo de su almohada de terciopelo si un día estalla la bomba atómica o si a nuestro maltrecho planeta se le ocurre colapsar, o a la trayectoria de un meteorito del tamaño de Canadá se le presenta una barrera llamada La Tierra. Ellos podrán entender cómo funciona la economía, pero no tienen ni idea de cómo funciona este universo.

Hago, por tanto, un llamamiento a todos los que, como yo, entienden algo del equilibrio que debería gobernar nuestro mundo, creen en la justicia natural y saben a ciencia cierta que el cinismo no es sino idealismo traicionado, violado incluso, por alguno de esos "amigos" que nos acompañan y nos dicen cosas como: "es muy difícil", "no lo vas a lograr" o "no sirves para eso" y ni siquiera se toman la molestia de comprender lo que tratamos de decirles.

Yo hablo, grito, imploro y suplico a todos, a ti especialmente, para que nunca seas efecto y siempre tengas la escena completa. Porque todo aquí funciona bajo la ley de causa y efecto, sin excepción; no creo en la casualidad, el azar o la suerte. Sí se que hay causalidad, y que existe algo llamado flujo; que lo que va, viene, y que si lo que va es malo, lo que viene es peor. Por tanto, ¿de qué lado quieres estar en esta ecuación? Yo me decidí a ser causa. ¿Y tú?






2 comentarios:

  1. Bueno, bueno... veo que nuestra conversación ha dado sus frutos, muy buen post. Un besito

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  2. ¿Y yo? Bueno, you know.

    Te recomiendo, joven escritor, un libro. No recuerdo el nombre de su autor(a). "El poder curativo de las crisis". ¡Feliz viaje, amigo!

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